¿Qué es la toxina botulínica?
La toxina botulínica es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum.
La capacidad que posee la toxina botulínica para producir parálisis muscular por denervación química se aprovecha para usarla como medicamento en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y como producto cosmético para tratamiento estético de las arrugas faciales.
¿Cómo funciona la toxina botulínica en el tratamiento para quitar, atenuar o prevenir las arrugas de la cara?
El efecto farmacológico de la toxina botulínica tiene lugar a nivel de la unión neuromuscular. En esta región de transición entre el nervio periférico y el músculo se produce la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor necesario para producir la contracción muscular. La toxina botulínica actúa de forma local mediante el bloqueo de la liberación de acetilcolina, lo que se traduce en parálisis muscular temporal.
Aplicaciones cosméticas de la toxina botulínica en el tratamiento para las arrugas
La historia de la toxina botulínica en el campo de la estética comienza accidentalmente en 1987 de la mano de la Dra. Jean Carruthers, tratando a una paciente afectada de blefaroespasmo.
Una forma diluida de la toxina botulínica tipo A, se considera hoy en día que es uno de los tratamientos que ofrece mejores resultados para eliminar las arrugas.
Esta forma de toxina botulínica, tras su infiltración con una aguja extra fina en el músculo debajo de la piel de la zona que se desea tratar, actúa inhibiendo por relajación el movimiento muscular. Con este efecto se pretende que desaparezcan las arrugas y por tanto proporcionar un aspecto más juvenil en la piel.